jueves, 18 de junio de 2009

Sobre Fajardo, a riesgo de equivocarme opino

No me gustan aquellos que explotan el silencio para condensar esperanzas (léase ganar votos). Crean una falsa sensación de armonía. Si bien el misterio actúa como factor de cohesión, evidenciado en proyectos religiosos y nacionalistas fundados en el misterio divino y de la patria, constituye una contradicción con la modernidad y su proyecto democrático. Si el acceso a los medios de comunicación es un derecho democrático, la opinión comprometida es el deber que deben asumir los candidatos políticos como garantía de transparencia. Creo que la campaña a la presidencia de Fajardo le esconde muchos 'guardados' al voto de derecha colombiano y su estilo y origen de clase me sugieren que también al voto de izquierda. Más allá de la calidad moral de estos 'guardados' mi crítica es en el método. No es sano para una democracia este tipo de silencio, coharta la deliberación pública. La idea de reconciliar la opinión política es un ideal falaz. La historia nos ha enseñado la tiranía que esconden estos proyectos. Una sana democracia se alimenta de la diferencia y no de cualquiera, de la diferencia ideológica aquel acumulado de historias y esperanzas de las diferentes clases sociales. Sano es que la derecha supere el terror paranoico al poder de la izquierda y viceversa. Para ello la izquierda debe ser izquierda y la derecha derecha, su único marco común deben ser las garantías democráticas.

3 comentarios:

Julián Darío Bonilla Montenegro dijo...

En este caso veo una situación política que en cierta medida puede afectar a Fajardo. Consiste en que la "Derecha" lo tilda de un Chavista solapado, en tanto que la "Izquierda" no hace sino acusarlo de ser un aliado de los paramilitares y un Uribista, también solapado.

Entonces, se puede suponer que varias de estas acusaciones caerían más en las formas clásicas de ataque al contendor político, más si se supone que puede ganar debido a que puntea en las encuestas, que a verdaderas razones para suponer su posición política. Además del juego político de Fajardo de decir "no soy ni uribista ni antiuribista; soy cívico e independiente".

Para que digan los de "derecha" lo que mencionan de él lo refieren por decir que él estaría dispuesto a negociar con las FARC y que no está de acuerdo con la penalización de la dosis mínima. En tanto, los del otro lado político le dicen sus condiciones de aliado de los paramilitares por las negociaciones con los grupos de 'Don Berna', la llamada "donbernabilidad" y su apoyo al TLC.

Fajardo no ha dicho nada de esto claramente; sin embargo, escuchando o leyendo varios de sus comentarios, se pueden escuchar estas cosas.

judijasa dijo...

Tienes razón, en cuanto al manejo de las "supuestas" intenciones de Fajardo, son más un invento de sus opositores especialmente en aquellas versiones que le atribuyen extremismos ideológicos. Renconozco que en parte el post se vió influenciado por ese juego de infamias. Sin embargo, no hago referencia explicita a ninguna de ellas, lo cual no es necesariamente una falencia; creo que mi opinión de los "guardados" no se ubica en el supuesto extremismo ideológico de Fajardo (mamerto o para); la divergencia ideológica también se materializa en sutilezas políticas que hacen más por la história que la histeria coyuntural.

judijasa dijo...

Una cosa más, más allá de lo salomónico que pueda ser Fajardo, sus falta de participación en debates de opinión (quizás sea muy temprano para hablar de ello) debilitan la democrácia y le abre las puertas a liderazgos menos imparciales.

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution 3.0 Unported License.