viernes, 19 de abril de 2013

Razón y corazón: Separación dialéctica


Comentario personal a la entrevista Religión y sociedad: Leszek Kolakowski y Mark Lilla, Letras Libres:

La religión es el conocimiento epistémico para aquellos que no han recibido el catecismo científico o teológico. En esa medida es un contrapeso popular (que no populista) a los excesos de la democracia. Tras la Gran Separación el Estado cambió sus cadenas; de la teología y el populismo religioso se pasó, tras un interludio nacionalista, a la política económica y la democracia secular. Si esa es una Gran Separación, la caída del absolutismo también lo fue pues separó al rey del Estado dando origen a la aristocracia económica y al poder burocrático. Dualidad ya explícita en la noción de Democracia Constitucional, son dos cosas las que están en juego: los términos de interacción entre conocimiento epistémico y democracia, y segundo pero no menos importante es la cuestión epistémica en sí. Algunos quieren hacer pasar identidad cultural por epistemología; más allá del juego de palabras lo que está en cuestión es la concepción de lo objetivable. Ese intento desesperado de la identidad cultural por hacerse pasar por reputada epistemología es en parte una respuesta del primer mundo frente a la "inversión poblacional" con el tercero (latinos y afrodescendientes en USA, musulmanes en Europa, etc.). A mi entender, el liberalismo constitucional diseñado inicialmente para cultivar la pluralidad socio-cultural debe ir más allá de ese ideal antropocéntrico e incorporar (previa socialización) consensos en nuestra forma de relacionarnos con los recursos y las amenazas de la naturaleza (entendida como cuerpo que no distingue credo). Lo anterior exige posicionar en la política global la agenda científica, en especial utilizar la medicina y la prevención de desastres como elocuentes aliados.

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