lunes, 20 de julio de 2009

Un ideario



Creemos en la modernidad, en la opinión de los expertos, pero también creemos que la modernidad es delirante. Creemos que el antídoto para este problema es un balance entre la opinión experta y la opinión pública. Colombia y muchos otros paises 'en desarrollo' poseen un marcado desequilibrio en este tema; las decisiones gubernamentales son basadas en la opinión de expertos y de un reducido grupo de ciudadanos con poder económico y/o politico los cuales a menudo se toman la libertad de regular el uso de la opinión experta a su conveniencia. Hay que entender la relación entre la autoridad que emana del conocimiento científico y aquella que obedece a la opinión pública, esta es la raíz de muchas contradicciones en el debate político. La autoridad científica emana de un diálogo irreductible entre la teoría y la práctica. De esta misma forma, la opinión pública refleja esa busqueda de la ciudadanía por poner a prueba su imaginario de lo que una política de bienestar debe ser. No quiere decir que la opinión pública esté en lo correcto, lo que quiere decir es que es a la opinión pública la que corresponde juzgarlo, y solo puede desarrollar estos elementos de juicio en la medida que logre poner a prueba su imaginario, logrando que sus opiniones se conviertan en ejercicios de poder, en políticas de estado. Desde esta perspectiva, el conocimiento como ciencia legitimada por el público, se constituye como patrimonio y como una sola autoridad ya no reducible a la soberanía popular ó científica por separado.

Sobre la opinión pública. Pero como detectar la opinión pública? no parece haber una respuesta sencilla, los medios masivos de comunicación con su poder mediático constituyen un desafio a la caracterización de una opinión surgida como legítimo agregado de experiencias locales. Intentar responder a esta pregunta ha llevado a toda clase de regímenes totalitarios. Y es que conlleva a insalvables contradicciones; si supieramos a priori la opinión pública, no sería opinón pública. Aprendimos, no sin historia recorrida, que lo más apropiado era cultivar las condiciones bajo las cuales la (real) opinión pública emerge en vez de apostarle a un significado estático. Esta es un organismo cambiante y para fortalecerla es preciso estudiar las condiciones bajo las cuales se desarrolla y adapta.

Los límites de la opinión pública. El objetivo pues es asegurar las condiciones básicas para la emergencia de una opinión pública autónoma, libre de cohersión y con elementos críticos que le permitan detectar estrategias de manipulación. Paradójicamente, esta búsqueda a devenido en la noción de marco constitucional la cual pretende limitar toda forma de autoritarismo incluido el de la propia opinión pública. Pero el proyecto constitucional no se reduce a limitar libertades, también comprende una tarea de reeducación en los valores democráticos de convivencia y ejercicio responsable del poder ciudadano.

Photo of Lao Man’e Village, Bulang Mountains (Vietnam) taken from the blog Tea Mountain Goat.

sábado, 11 de julio de 2009

The socialization of literacy

Some scholars talk about the emergence of written orality [1] released by the cyberspace, it seems to me that the revolution is going in the opposite direction; a growing number of cybernauts are acquiring the rhetoric of writing. If printing socialized reading, cyberspace is socializing writing. The first modernity was founded upon the socializing of reading and to a lower extent of writing, but a whole new modernity is emerging in the cyberspace where the oligarchy of writing and therefore of the production of rational knowledge is being replaced by something as mysterious as rationality was for traditional knowledge before the age of printing.

To frame the former post I suggest the reader to take a look at the work of Walter J. Ong and my suggestion to the 'lazy reader' (like me!) are the excerpts from the essay Literacy and orality in our times in case you liked it (like me!), here is the complete version.

[1] What Walter J. Ong called secondary literacy.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cuál es el futuro del Partido Pirata?

Escribo este post con más preguntas que respuestas. Las verdaderas revoluciones son impredecibles y p2p es una de ellas. A donde irá a parar la industria de 'soft contents'? No solo p2p desafía el monitoreo en la transmisión de contenidos, para colmo de males, las disqueras y editoriales no encontrarán respuesta en la web 2.0 que se enfoca en la administración de contenidos y de hecho se usufructa de su libre distribución. La web 2.0 ha acelerado la convergencia entre los modelos top-down y bottom-up de producción. Se puede alegar que los antiguos productos top-down nunca podrán ser reemplazados en calidad por los bottom-up, quizás sea cierto, pero al igual que las pirámides de Egipto y la muralla China, no existe una razón por la cual debamos continuar la producción y consumo de productos que no se adaptan a las nuevas realidades sociales. Significa que las megaproducciones de Hollywood son una especie en vía de extinción? no lo sé, como dije, tengo más preguntas que respuestas. Lo que sí es cierto es que la producción de cortometrajes y otros formatos web-oriented irán en ascenso. La vieja industria de soft-contents dirá que no es posible la producción sin estímulo monetario del consumidor primario, pero esto no es cierto la industria de la publicidad es la prueba de ello. Lo que implica es una necesaria alianza con otras industrias fuera del negocio de soft-contents. Finalizo con un truco retórico que aprendí recientemente, les dejo la pregunta: cual será el futuro del Partido Pirata?
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