viernes, 28 de mayo de 2010

Venezuela: un diagnóstico.

Anda circulando un mensaje proveniente de una página llamada fuerzasolidaria.org:

"Las próximas elecciones presidenciales en Colombia se parecen a los comicios de 1998, cuando ganó Hugo Chávez. Los venezolanos lo eligieron no por sus virtudes, sino por su rechazo a los partidos; ahora lloran su equivocación con lágrimas de sangre. ..." fuerzasolidaria.org

Comparto la preocupación por el desmantelamiento en Venezuela del modelo liberal; creo en los derechos de propiedad individual y los contrapesos institucionales. Sin embargo, no interpreto de la misma forma la problemática venezolana. La afirmación de fuerzasolidaria.org distorsiona el sentido de la democracia liberal al asignar al voto por representantes al ejecutivo y/o legislativo funciones propias de la corte constitucional: ejercer un contrapeso a las ambiciones del ejecutivo. El apoyo popular a una fuerza política reformista no es condición suficiente para una reforma constitucional, al menos en una democracia liberal. Para ello se debe pasar por una serie de filtros institucionales ajustados a un consenso multipartidista. Fue este último mecanismo el que falló en Venezuela y no el haber votado por el hombre equivocado. En otras palabras:

El error no fue el haber votado por Chávez; el error fue dejarlo desmantelar el proyecto democrático (liberal) desde el ejecutivo. Una democracia exitosa no es tanto aquella que elije a los buenos candidatos, pero aquella que obliga a que esos candidatos, buenos, malos o incomprendidos, cumplan las reglas de juego. Por eso, aquellos que dicen que el futuro de la democracia depende de por qué candidato vamos a votar, tergiversan el sentido del sistema democrático. El activismo ciudadano en este tipo de encrucijadas es apoyando a las instituciones que ejercen contrapeso a los poderes del ejecutivo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Entre causas objetivas y objetivos causales

Luis Fdo Medina expone la distinción entre el discurso descriptivo y el justificatorio alrededor de las causas objetivas de la violencia. Esta distinción ofrece una nueva óptica desde la cual releer obras modernistas como "La nación soñada" de Eduardo Posada Carbó. Daniel Mera Villamizar contesta a la columna de Luis Fdo Medina reconociendo dicha distinción pero llamando a la reflexión sobre la relación de competencia entre la forma retórica (descriptiva, normativa, etc.) y el usuario de ésta. En particular sugiere la inconveniencia de las causas objetivas como discurso presidencial dada la naturaleza normativa y no descriptiva del rol presidencial. En otras palabras, del científico se espera que hable de causas objetivas; del presidente se espera que hable de ideales.

"Debo terminar aquí mi acompañamiento a Mockus"
por Luis Fdo Medina (
click here)

"¿Petro justifica o explica cual violencia? La retórica de las causas"
por Daniel Mera (
click here)


Posts relacionados: La nación soñada de Eduardo P. Carbó.

PD: Este debate particular se relaciona con uno mas general; el de la nocion de responsabilidad. Sobre este ultimo sugiero la ste Ref. Francois Raffoul: Los Origenes de la Responsabilidad.


PD 2: Siguiendo la linea de D. Mera, una propuesta para distinguir el discurso justificatorio del descriptivo es identificando el receptor al que va dirigido. Este procedimiento es radical en cuanto establece una dependencia del mensaje con el receptor (p.e. explicar las causas de la violencia en el transcurso de un proceso penal es diferente que hacerlo dentro de un plan de seguridad integral por parte del gobierno). Recordemos que ya Marshall Macluhan habla de "the medium is the message"; esta seria una continuacion (extension) de dicho modelo de analisis discursivo. Incluso se podria conjeturar que el devenir de la retorica discursiva se configura de manera creciente alrededor de un modelo epigenetico del mensaje, donde el contexto de lectura es critico en la determinacion del mensaje.

viernes, 21 de mayo de 2010

"La Palabra" (Liberal) por Enrique Krauze. Publicado en Letras Libres. Bello recuento entre la etimología y la historia política para recordarnos la competencia del espíritu liberal en la actualidad.

sábado, 15 de mayo de 2010

Sobre periodismo (2da Parte)

Este post es una continuación de la reflexión sobre la ética periodistica (ver posts relacionados). La reflexión también aplica a otras prácticas del ejercicio crítico, como lo son el humor y el arte, donde existe una interlocución con el público. Deseo anotar la reiterada observación de que cada vez que la escuela de Coronell (ver x ej. [1]) defiende la independencia del periodista con relación al público, lo plantea desde el supuesto de que toda respuesta que el periodista pueda tener con el público es de condescendencia. Es preciso revisar este supuesto ya que parece ser el motivo tras el rechazo de la ética hermenéutica por parte de la escuela de Coronell y quiza de la ética moderna en general. A la luz de esta reflexión, la palabra "diálogo" toma un cariz muy diferente al de "comunicación". Cuando hablamos de diálogo se evoca cierta complicidad entre los interlocutores, mientras que la palabra comunicación parece limpia, objetiva, gramatical, moderna. Siendo mi propósito, el encuentro de la modernidad con la posmodernidad, veo la necesidad de establecer relaciones de equivalencia entre ambos paradigmas. Parto de dos supuestos [2]: el primero es que a nivel epistemológico fundamental, la relación modernidad-postmodernidad es dual, queriendo decir que una no está sobre la otra y que para cada juicio general moderno existe un unico juicio general postmoderno. El segundo supuesto es la existencia de una necesidad social por ambos paradigmas, necesidad que debe tomar forma híbrida específica, en función de un problema social concreto. Volviendo al problema concreto de la condescendencia en el periodismo, es preciso formular instancias alternativas a la condescendencia en la comunicación periodista-público. Uno de ellos y claramente opuesto es la exigencia. Uno puede ser exigente con el público. Esta actitud, que a menudo es bienvenida por el espíritu modernista, compromete, sin embargo, la independencia de la fuente. El autor (periodista, artista, etc.), ajusta el nivel de compromiso (moral, tecnico, etc.) de lectura a un nivel ligeramente superior al status quo del receptor. Para ello debe hacer un juicio previo sobre el estatu quo del público lo cual constituye una forma de comunicación del público al autor. Este ejemplo responde la pregunta sobre la existencia de instancias comunicativas alternas a la condescendencia y le revela al espiritu modernista la existencia de un espacio para una ética de la comunicación. Su materializacion exige extender el argumento de la "exigencia" a una gama más amplia de posibilidades en la comunicación autor-publico. Pero ese ejercicio lo dejo para otra ocasión; me interesa tratar ejemplos cuya aceptación en la tabla clásica de valores modernos es improbable, pero necesaria en el espíritu pragmático de la hibridación entre lo moderno y lo postmoderno. Me refiero al papel de la persuación. Allí donde la realidad, objeto sagrado de la modernidad, es profanada. Como justificarla ante los ojos modernos? que esos ojos observen la "realidad": vivimos en un ambiente mediático, donde el hiper-registro permite la construcción selectiva de la realidad y una interpretación controlada (framing) de los escasos hechos (eventos centrales) que escapan a la censura. ¿Como rescatar la objetividad en este contexto sino es como un agregado de acciones subjetivas? la objetividad moderna se torna una ficción más, la independencia toma otro cariz; el de la subjetividad asumida. Esto no quiere decir que el periodista deba buscar sus intereses personales en el ejercicio de su profesión, pero tampoco lo prohibe. Ésto lo que dice es que debemos repensar quienes somos. Entender que la supervivencia de los periodistas depende primero de la supervivencia del periodismo y es en ese imperativo de supervivencia donde el periodista encuentra su imperativo ético. Por último quiero dejar una breve reflexión sobre la condescendencia. La condescendencia en su uso despectivo puede oscurecer el papel de la concesión en la comunicación [3]. La concesion en su dimensión retórica puede ser un gesto de reconocimiento del Otro que no siempre implica paternalismo o engaño y por el contrario allana el terreno para una comunicación más efectiva. Si bien es cierto que el periodista no puede extraviar el mensaje buscando al lector, tampoco debe extraviar al lector.

Posts relacionados: El periodismo según Coronell, Sobre periodismo (1a Parte).

Postdata: remito a la columna "Las cartas sobre la mesa" por Daniel Samper Pizano donde se recuerda el papel de la "intención declarada" como acto de transparencia en el periodismo de opinión y la importancia de mantener la neutralidad en el periodismo informativo. Esta columna hace alusión al riesgo de la subjetividad en el periodismo informativo, pero trata el problema de forma clásica (no menos importante) donde el ejercicio de la subjetividad es conciente y/o reaccionario y por ende, facil de identificar, si bien no siempre de cuestionar. Esto contrasta con el problema de la subjetividad inconciente la cual exige un reconocimiento del Otro para poder ser regulada. También remito al artículo ¿Importan los críticos de cine? por Armond White y publicado en la revista El Malpensante. En este se hace una reflexión acerca de la relación entre la opinión experta y el público en el contexto de la crítica de cine y su devenir en los nuevos medios. La posición del autor puede asociarse con el discurso de la modernidad ilustrada. Su defensa de la crítica experta se centra en atribuirle al crítico (de cine) la función de intérprete del estado moral, político y cultural del arte (cinematográfico) y de la sociedad que registra. Al ignorar los argumentos post-modernistas en defensa de la popularización del arte el texto deviene en un ensayo sin horizonte histórico. En particular no reconoce (mucho menos explica) la creciente preferencia del gran público por la mediación estétizada, lo cual implica un llamado a la estetización del texto crítico y/o el reemplazo del gran público como interlocultor de la crítica experta.

[1] "Los lectores deben seguirlo a uno, uno no a los lectores" Daniel Samper Ospina (1a Parte del video click here).

[2] Estas son hipotesis de trabajo que no deben tomarse dogmáticamente. En efecto, los principios propuestos constituyen una formulación demasiado ecléctica de la dicotomía modernida/postmodernidad. Desde esta teoría dual sería difícil explicar el persistente conflicto a todo nivel (cultural, económico, político y filosófico), ampliamente registrado por la historia alrededor de la dicotomía en cuestión. Tampoco me atrevo a descartar la posibilidad de dicha explicación pero no he de defenderla a priori.

[3] La concesión puede llegar a jugar un papel tan importante como el consenso en la comunicación, y cuyo fin es la consistencia del mensaje entre el emisor y el receptor. Incluso podríamos arguir que existe una línea que conecta a ambos; decir que la concesión es la expresión politica (postmoderna) del consenso y el consenso es la expresion técnica (moderna) de la concesión. El que parezcan objetos diferentes obedece a que, a menudo utilizamos de forma selectiva la óptica moderna o postmoderna.

jueves, 13 de mayo de 2010

La inversión extranjera en el discurso político

[Motivación]

El discurso neoliberal nos vende la "inversión extranjera" como la panacea, el único camino a la riqueza de las naciones. Incluso social-democratas como Lula y el presidente Mujica de Uruguay, reconocen su importancia. Políticos neoliberales como Uribe son abanderados de este concepto y en sus discursos parece que todo vale en pro de ello. Pero una mirada crítica a las políticas pro-inversión nos podría revelar su papel central en la paradoja del crecimiento económico y el estancamiento o decrecimiento del ingreso per capita (índice GINI). Fue ésta la realidad de Colombia durante el auge económico mundial en los 4 años que antecedieron la caída del mercado en 2007 [1]. Como epítome del neoliberalismo, es preciso revisar el verdadero papel de la inversión extranjera como pilar para la riqueza ya que tras su discurso se desprenden una serie de medidas impopulares, en detrimento de un Estado proveedor directo de bienestar.

[Idoneidad del gasto con tardío efecto en el GINI]

Algunos opositores a la preeminencia de la política pro-inversión proponen un incremento del salario mínimo como forma de distribución de la riqueza en épocas de crecimiento. Ésta es una política, a mi parecer, que no está a la medida de la complejidad del problema. Existen muchas formas de crecimiento económico. El que precedió al 2007 fue un auge del capital de inversión antes que de la producción. Este crecimiento se caracteriza por ser fluctuante y es por ello que exige un gasto de sus dividendos en inversión irreversible, aquella que no se pierde una vez los mercados se  contraen. La infraestructura y el crédito en educación responden a esta necesidad. Es importante responder a la pregunta: que efecto tienen sobre el índice GINI la inversión en estos dos rubros? esto nos daría una medida de la competencia del índice GINI para medir la ideoneidad del gasto en épocas de crecimiento económico por auge de capital. Sin bien el índice GINI tiene una dependencia inmediata en el salario, variables como la infraestructura o la educación pueden tener un efecto tardío en el índice GINI. De tal forma que las críticas a las políticas de gobierno que señalan la ausencia de un crecimiento simultaneo de la economía y la distribución no siempre son válidas [1].

[Formas complementarias de crear valor]

Y como nació el dinero? lo trajeron los extraterrestres? El dinero se creó localmente y tuvo valor en cuanto fue medida de la producción. Este principio del valor nos revela una de las facetas de la inversión extranjera como política de gobierno: son políticas mediante las cuales se prentede atraer capital sin ofrecer producción. Algunos dirán que sí se ofrece producción, despues de todo la inversión se traduce en empleo local. Pero ésta es una verdad a medias. Supongamos que gracias a medidas de flexibilidad laboral o privilegios fiscales, una empresa decide trasladar su planta de producción de U.S. a Colombia. Toda transacción obedece un principio de reciprocidad. La empresa trae inversión, que ofrece Colombia? mano de obra no es la respuesta pues esa ya la tenían en U.S. Lo que ofrece es mano de obra barata, se ofrece un ahorro en el gasto social de las empresas. Eso no es ofrecer producción y si lo es, es producir miseria. No quiere decir que no podamos ofrecer un ahorro en el gasto de las empresas multinacionales. La tasa cambiaria ofrece un margen para ello. Si bien es una política incompleta de crecimiento: (1) su efecividad disminuye en la medida que es exitosa, (2) existen paises con mejor oferta en la tasa cambiaria. Ante la incompletez del anterior modelo algunos responden produciendo más miseria para mejorar su ventaja competitiva con otros paises. Pero existe otra forma de complementar esta política:  atrayendo capital con producción. El dilema al que nos enfrentamos es similar al de as empresas que cada tanto deben estar decidiendo entre apostarle a un producto cuya ventaja competitiva es el precio y un producto cuya ventaja es el valor agregado que ofrece, el cual incluso al mediano o largo plazo, puede traducirse en ventaja de precio para el consumidor.

Volviendo a la política, en este punto propongo la siguiente distinción: reconocer una izquierda democrática diferente a la social-democracia cuyo rol es la de ser abanderada del Estado como proveedor directo de bienestar. En contraste propongo el rol de la social-democracia como la gestora de una política en pro del "valor agregado" social como estrategia de mercado. Será el rol de la derecha neoliberal, el importante pero doblemente impopular rol de apostarle a una política pro "bajo costo" social como estrategia de mercado.

[1] ¿Tenemos la política social que el país necesita?  Cecilia López Montaño Sept. 2008.

Postdata: también pensé en "La legión extranjera en el discurso Republicano" como un buen título para este post.
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution 3.0 Unported License.