jueves, 13 de mayo de 2010

La inversión extranjera en el discurso político

[Motivación]

El discurso neoliberal nos vende la "inversión extranjera" como la panacea, el único camino a la riqueza de las naciones. Incluso social-democratas como Lula y el presidente Mujica de Uruguay, reconocen su importancia. Políticos neoliberales como Uribe son abanderados de este concepto y en sus discursos parece que todo vale en pro de ello. Pero una mirada crítica a las políticas pro-inversión nos podría revelar su papel central en la paradoja del crecimiento económico y el estancamiento o decrecimiento del ingreso per capita (índice GINI). Fue ésta la realidad de Colombia durante el auge económico mundial en los 4 años que antecedieron la caída del mercado en 2007 [1]. Como epítome del neoliberalismo, es preciso revisar el verdadero papel de la inversión extranjera como pilar para la riqueza ya que tras su discurso se desprenden una serie de medidas impopulares, en detrimento de un Estado proveedor directo de bienestar.

[Idoneidad del gasto con tardío efecto en el GINI]

Algunos opositores a la preeminencia de la política pro-inversión proponen un incremento del salario mínimo como forma de distribución de la riqueza en épocas de crecimiento. Ésta es una política, a mi parecer, que no está a la medida de la complejidad del problema. Existen muchas formas de crecimiento económico. El que precedió al 2007 fue un auge del capital de inversión antes que de la producción. Este crecimiento se caracteriza por ser fluctuante y es por ello que exige un gasto de sus dividendos en inversión irreversible, aquella que no se pierde una vez los mercados se  contraen. La infraestructura y el crédito en educación responden a esta necesidad. Es importante responder a la pregunta: que efecto tienen sobre el índice GINI la inversión en estos dos rubros? esto nos daría una medida de la competencia del índice GINI para medir la ideoneidad del gasto en épocas de crecimiento económico por auge de capital. Sin bien el índice GINI tiene una dependencia inmediata en el salario, variables como la infraestructura o la educación pueden tener un efecto tardío en el índice GINI. De tal forma que las críticas a las políticas de gobierno que señalan la ausencia de un crecimiento simultaneo de la economía y la distribución no siempre son válidas [1].

[Formas complementarias de crear valor]

Y como nació el dinero? lo trajeron los extraterrestres? El dinero se creó localmente y tuvo valor en cuanto fue medida de la producción. Este principio del valor nos revela una de las facetas de la inversión extranjera como política de gobierno: son políticas mediante las cuales se prentede atraer capital sin ofrecer producción. Algunos dirán que sí se ofrece producción, despues de todo la inversión se traduce en empleo local. Pero ésta es una verdad a medias. Supongamos que gracias a medidas de flexibilidad laboral o privilegios fiscales, una empresa decide trasladar su planta de producción de U.S. a Colombia. Toda transacción obedece un principio de reciprocidad. La empresa trae inversión, que ofrece Colombia? mano de obra no es la respuesta pues esa ya la tenían en U.S. Lo que ofrece es mano de obra barata, se ofrece un ahorro en el gasto social de las empresas. Eso no es ofrecer producción y si lo es, es producir miseria. No quiere decir que no podamos ofrecer un ahorro en el gasto de las empresas multinacionales. La tasa cambiaria ofrece un margen para ello. Si bien es una política incompleta de crecimiento: (1) su efecividad disminuye en la medida que es exitosa, (2) existen paises con mejor oferta en la tasa cambiaria. Ante la incompletez del anterior modelo algunos responden produciendo más miseria para mejorar su ventaja competitiva con otros paises. Pero existe otra forma de complementar esta política:  atrayendo capital con producción. El dilema al que nos enfrentamos es similar al de as empresas que cada tanto deben estar decidiendo entre apostarle a un producto cuya ventaja competitiva es el precio y un producto cuya ventaja es el valor agregado que ofrece, el cual incluso al mediano o largo plazo, puede traducirse en ventaja de precio para el consumidor.

Volviendo a la política, en este punto propongo la siguiente distinción: reconocer una izquierda democrática diferente a la social-democracia cuyo rol es la de ser abanderada del Estado como proveedor directo de bienestar. En contraste propongo el rol de la social-democracia como la gestora de una política en pro del "valor agregado" social como estrategia de mercado. Será el rol de la derecha neoliberal, el importante pero doblemente impopular rol de apostarle a una política pro "bajo costo" social como estrategia de mercado.

[1] ¿Tenemos la política social que el país necesita?  Cecilia López Montaño Sept. 2008.

Postdata: también pensé en "La legión extranjera en el discurso Republicano" como un buen título para este post.

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