En un país donde la imagen ética prima sobre la ideología, postular individuos es mucho más exitoso electoralmente que postular partidos. Es más facil encontrar un individuo que una institución con una imagen ética ejemplar. Al existir más individuos que instituciones, el resultado obedece a una simple lógica de selección. Adicionalmente la imagen institucional es especialmente vulnerable a ser el chivo expiatorio de sus miembros.
Ahora cada partido político busca su propia estrella, su David Beckham. Lo cual no es malo (gajes de una sociedad mediática), siempre y cuando el 'Beckham' sepa a que equipo pertenece y no al revés.
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