domingo, 20 de abril de 2008

Escribiendo el Sexo


Hétero, bisex, homo; categorias simplistas como el "bien" y el "mal". El sexo es palabra y como ella, depositario potencial de una constelación infinita de significados. La sexualidad, en sus categorías tradicionales se configura de acuerdo a la paridad entre organos sexuales. Movimiento comparable a entender la vida a partir de sus componentes moleculares. Los organos sexuales tienen el destino de cualquier otro significante figurativo; cuantos poemas no invocan la palabra ''nube'' en sus inagotables connotaciones. Todas estas connotaciones pueden compartir una misma herencia sígnica, aquella de "nube" en su significado literal, pero la incorporación de esta palabra en diferentes narrativas engendra una explosión de diversidad semiológica. Así pues, nuestros organos sexuales, así pues todos y cada uno de nuestros átomos, así todas y cada una de nuestras unidades figurativas. La deconstrucción del objeto sexual es deconstrucción de preferencias, de sentido sexual, es aterrizar en el deseo desnudo. El falo y vaginocentrismo son solo casos particulares de una configuración de sentido que considera al órgano sexual como unidad constitutiva del sentido sexual. Hay quienes van más allá como para declarar al hombre y la mujer en sus integralidades masculinas y femeninas como las unidades básicas del diálogo sexual. En cuanto a mí, tan solo intento ver con los ojos rotos y bailar con palabras-carne, los inagotables cantos de la prosa y la poesía del acto.

Post relacionados: El imperativo sexual: Tiro luego existo entrada del recomendable blog: El sexo de Sofía.

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